lunes, 10 de septiembre de 2012

2a etapa: Granada

El domingo de las fiestas, dejamos Senés para ir a Granada. Recuerdo que hacía mucho calor, así que cuando llegamos al camping, lo primero que hicimos fue darnos un baño en la piscina. El camping María Eugenia se haya cerca de Granada, pero en otro municipio. Es fácil de llegar al centro, ya que está bien comunicado con el bus. No es nada especial, recuerdo que los baños estaban muy sucios, pero el personal era amable y el servicio bar era barato, con tapa incluída. Después de pagar y darnos un chapuzón, quisimos ir a Granada. Fuimos en coche y aparcamos cerca de la universidad. Nos dimos una vuelta, y al volver, nos dimos cuenta de que teníamos un pequeño golpe en la puerta del copiloto, por el cual en Sevilla nos cobraron casi 300 euros... :´( 
Así que el coche no volvió a salir del camping. 




Granada es una ciudad espectacularmente bella. Esta vez no fuimos a la Alhambra, ya que no teníamos entradas y había una cola de tres pares de narices. Iremos el año que viene, si podemos volver a Senés-Almería. 

Donde sí fuimos fue a la catedral, ya que yo no había estado nunca y tenía muchas ganas. Es espectacular, abunda el blanco y el dorado, no está demasiado recargada, solo lo necesario. La verdad es que vale la pena entrar tanto como a la Alhambra. Así que si vais a Granada, entrad a la catedral.

Nos dimos unas cuantas vueltas por el Albahicín y por Sacromonte, vimos las vistas desde el mirador de San Nicolás, visitamos una biblioteca, en fin, lo típico. En Sacromonte entramos a una casa/cueva/ tienda y conocimos a uno que dejó a Jirka hacerse una foto con su toro (vehículo) lleno de ladrillos... porque a Jirka le fascinó y quiso hacerse una foto :) También me compré una horquilla en una tienda de artesanía del vidrio que es preciosa! 


De tapeo no fuimos ni a la plaza de toros ni al sitio que me dijo mi prima, porque no tuvimos tiempo. Como hacía mucho calor, nos ibamos tomando una cervecita Alhambra de vez en cuando por ahí, pero sin ruta. Luego, por la calle Elvira, entramos a una tetería donde tomamos un té buenísimo y fumamos de una shisha. No elegimos un sitio que tuviera música a toda pastilla, sino que entramos en una tetería muy tranquila y la verdad es que estuvimos muy a gusto. Luego estuvimos en tiendas y en un centro comercial, porque es que hacía muchísimo calor!

El último día, recogiendo la tienda, vimos un gatito que se puso a jugar con nosotros. Casi lo adoptamos, era tan gracioso y juguetón! Pero al final se fue asustado, porque empezó a arañar la tela mosquitera y le regañé, aunque no fui dura ni mucho menos... me dio mucha pena que se fuera, la verdad. 

Ese día nos fuimos dirección al mar, hacia la Axarquía costera. 

jueves, 6 de septiembre de 2012

Vacaciones primera parte: Senés

Este año, Jirka y yo nos hemos ido a hacer un viaje por Andalucía, la región más meridional de la España continental. Andalucía está llena de luz y color, aromas, pueblos blancos, playas solitarias en el Atlántico, playas atiborradas en el Mediterráneo, comida, vino, cerveza, montañas, música, viento, pero también caos, ruido, mucho calor y muchos mosquitos.

No hemos visitado toda la comunidad. Imposible, es tan grande! Nos falta Jaén, Córdoba y Huelva. Yo quisiera profundizar los pueblos del interior, ya que no hemos visto apenas ninguno.

Empezamos nuestro tour en Almería, nuestra provincia favorita. Ya sé que la ciudad no tiene un patrimonio como Sevilla o Granada, aún así, nos gusta mucho, porque tiene un ambiente único, las calles siempre están llenas de gente, las personas son alegres y se come y se bebe muy barato. Las tapas aquí vienen con la bebida, a no ser que se indique lo contrario. Pero no es como en Granada, que te ponen lo que tienen, no, aquí tienes una carta o una lista bastante extensa y puedes pedir lo que quieras, sin problemas. En la ciudad, los bares parecen competir en quién tiene la mejor tapa, o lo que es lo mismo, la más grande. Hemos ido a un bar que te ponen jamón ibérico, otros que tienen almejas, pescaditos, pinchos morunos... todo bueno y todo grande, que con un par de tapitas te pones hasta las cejas.




Almería ya la conocíamos. Mi madre es de un pequeño pueblo en la sierra de los Filabres, cerca de Tabernas, llamado Senés. De pequeña iba cada año, pero en los últimos tiempos no subía al pueblo para quedarme en Almería e ir al Cabo de Gata. Jirka vino el año pasado también, y le llevé a las mejores playas (a mí me gustan solitarias y nudistas) que yo conozca. Este año decidimos ir a Senés, en fiestas. Blanqueamos la casa con cal, bueno, yo me quedaba con la abuela mientras los demás trabajaban duro :)



Volví a ver a viejos amigos de la infancia, a quienes no había visto en años. Mi prima y yo decidimos que intentaríamos ir cada año, para no volver a perder el contacto. A Jirka le encantó el pueblo. Lo que más le gustó fue el bar de Maria Blanco, el que está debajo de la cuesta, por las vistas de la terraza y Mari Ángeles, quien le cayó muy bien aunque apenas sí hablaron. Lo que más le sorprendió (y confieso que a mí también) fue el haber conocido a una chica que hablaba checo... allí, en aquel pueblecito de menos de 300 habitantes y perdido en mitad de las montañas de Almería!

Y llegaron las Fiestas de Senés, y con ellas unos calores que nadie recordaba nunca de haber pasado allí. Bailamos pasodobles, el vals de Sabina varias veces, alguna rumbita y algún cha-cha-cha, aunque la verdad es que poca gente se animaba a bailar, al menos al principio. Luego, por las tardes, vimos las relaciones de los Moros y Cristianos, que estrenaban traje, y la verdad es que eran muy guapos. Nosotros también nos disfrazamos de moros.





 Había unos que se disfrazaron de jeques árabes, que sería la versión rica y moderna.
El sábado hicimos barbacoa en casa. Había pinchitos de pollo y de cerdo, chorizos, morcillas, y marisco. Comimos como reyes, pero sobre todo Jirka, que no había comido nunca estas cosas.



Y ya está, el domingo, después de comer un arroz con pollo buenísimo, nos fuimos para Granada. Pero eso será otra entrada.

lunes, 25 de junio de 2012

En casa

Me encanta mi casa, me encantan mis compañeros de piso, me encanta todo! Bueno, todo no, porque tenemos hormigas, y no hay manera de que se vayan!

Bueno, os hago una descripción de los que vivimos en casa, por orden alfabético (sin contarme a mí, que ya me conocéis, más o menos):

Maria: italiana, rubísima, pelo rizado, ojos azules, con un carácter fuerte, pero dulce. Le gusta comer de todo, excepto tomates, que le dan alergia. Es una persona muy simpática y amiguébole, aunque los italianos dicen que al principio parece un poco snob. Creo que es por la manera de hablar, sin embargo yo, como no italiana, questo non lo capisco. Le gusta mucho charlar, aunque normalmente llega cansada y tarde del trabajo, por eso casi nunca coincidimos: es una arquitecto explotada! Es culta e inteligente, y su ópera favorita es Norma.

Nasha: es la pequeña de la casa. Es medio chilena, medio estadounidense, y me encanta cuando cambia del español al inglés o al italiano, porque tiene excelente acento en los tres idiomas, y cuando cambia, el acento cambia con la lengua. No sé cómo lo hace, pero me encanta. Es una chica muy divertida y muy sociable. Le encanta Italia, yo creo que sobre todo, la gastronomía. Como persona inteligente que es, no le gustan los chicos italianos-típicos, esos que se hacen las cejas y se ponen gomina en el pelo y llevan una o dos tallas menos de lo que deberían. Corre casi cada día, es una persona disciplinada. Tiene el pelo castaño oscuro, larguísimo y precioso, y sus ojos son verdes (o al menos así me parecen a mí).

Pachi: es la segunda más pequeña. Se lleva poquito con Nasha. Es italiana del sur: su pelo es negro, ojos oscuros, nariz un poco aguileña. Es muy guapa y elegante, le gusta vestir bien, sobre todo porque trabaja en la banca, así que también tiene que dar un aire de profesionalidad y seriedad. Aunque dé un aire de seriedad no es seria, solo cuando se lo propone. En el banco trabaja muy duro, y cuando llega a casa, a menudo no está cansada, sino reventada más bien. Además, estudia para acabar la carrera, escribir la tesis de fin de carrera, etc. De comer, no le gusta el queso ni mi gazpacho, pero come de todo lo demás! Es una chica muy limpia, una gran ama de casa, aunque no es obsesiva.

Valerio: el hombre de la casa, pareja de María. Si ella es rubia, el es moreno. Si ella tiene los ojos azules, él los tiene negros. Si ella está rellenita, él está delgado como un spaghetti. Ahora no trabaja. Está obsesionado con las hormigas de la casa, hasta el punto que se convertirá en una de ellas. Según él, hace falta convertirse en el enemigo para acabar con él. A Valerio le va la buena vida. Le gusta comer, le gusta beber, le gusta fumar. Es muy buen cocinero, y a veces cocina para todas las mujeres de la casa. Tiene unos amigos muy simpáticos que vienen de vez en cuando a charlar y a beber vino. Lo he visto pocas veces de mal humor.

En fin, estos son, a grandes rasgos, mis compañeros de piso.

miércoles, 23 de mayo de 2012

Reflexiones sobre la vida (y la muerte)

Perdón por esta nueva entrada, ya que no tiene nada que ver con los viajecillos por Italia que estoy haciendo. Sin embargo, sí que tiene que ver con distintas personas que he ido conociendo a lo largo del camino. Creo que todas las personas son especiales y que el concepto de "ser normal" no existe, ya que nadie es igual a nadie.
Hace ya unos años que reflexiono sobre el concepto de vida y de muerte. Todo empezó con la enfermedad y muerte de mi abuela paterna, la muerte repentina de dos amigos, otra muerte de un vecino, la vida y muerte de mi abuelo paterno, el cambio de sexo de un conocido (ahora conocida), el fin anunciado de la relación más larga que he tenido hasta ahora, y el comienzo de mis andaduras europeas. Siguió con la muerte anunciada de mi abuelo materno, y la enfermedad de dos amigas queridas. Todos hemos pasado por esto, si no peor.

La muerte es parte del ciclo de la vida. Nacemos, crecemos, nos reproducimos y morimos. Algunos no llegan a reproducirse, otros desgraciadamente no llegan a crecer, pero todos morimos. En el mundo hay 7 billones de habitantes, demasiados. La esperanza de vida y su calidad se han alargado tanto que, cuando alguien entre 60 y 70 años, lo consideramos joven, una muerte prematura (al menos en el mundo occidental). Nos cuesta asimilar la muerte, es por eso que luchamos contra enfermedades, que queremos encontrar una cura contra el cáncer o contra el SIDA, porque son enfermedades que matan. Yo no lo creo así. Yo tengo miedo al dolor, y por eso estoy en contra del alargamiento de la vida: prefiero morir joven a morir con Alzheimer o cáncer a la edad de 90 años.

No sé si me estoy explicando, es la primera vez que plasmo mis pensamientos por escrito. No importa el tiempo que se viva, mientras se viva con dignidad y entereza, y haciendo lo que se crea que se tiene que hacer por el bien de uno mismo, y de los demás. Esa es la verdadera vida que busco, sea larga o corta. Vivir con dignidad. Ser fiel a mí misma y a mis principios, y darlo todo a la gente que quiero, pero también a los demás. Hemos perdido el verdadero valor del dinero, cosa que nos hace comportarnos de una manera vil y creando desigualdades sociales, sobre todo al nivel de estado o de gobierno.

Por supuesto, las muertes prematuras duelen a los vivos. Me acuerdo a menudo de mis dos amigos, muertos repentinamente antes de cumplir 25: ella en un accidente de coche y él con un fallo multiorgánico mientras trabajaba. Ni siquiera fui capaz de ir a los funerales, no quería admitir que se habían ido. Pero el caso es que lo hicieron, tal como se fueron otros. A medida que el tiempo pasa, el dolor disminuye, y nos hace sonreír cuando pensamos en momentos compartidos. Yo me quedo con eso. Lo peor es admitir que no va a haber más momentos con esas personas, pero la vida es así, y tenemos que aceptarla tal y como nos viene. Imagináos qué horroroso sería el mundo si las personas no murieran. Pero el recuerdo continúa y pervive en las mentes de quienes nos conocieron y eso es lo importante. Saber vivir con dignidad y respeto, con alegría y con fidelidad a los principios, sin hacer daño premeditado: así es como nos recordarán con cariño, así es como pasaremos a la historia de las vidas de los otros. Mi abuela paterna y mi abuelo materno padecieron enfermedades largas y dejaron de ser independientes mucho tiempo antes de morir. Necesitaban asistencia constante, y mi abuela gritaba: "Dios mío, por qué no me llevas?" Cuando murió descansamos todos. Y creedme, yo jamás le he deseado la muerte a nadie, pero eso no era vida.

Las decisiones que tomamos influencian o cambian nuestra vida, también dependiendo del tipo de decisión. Yo me acuerdo del amigo de un amigo que cambió de sexo, de forma completa. No sé nada más de ella, pero al principio no podía ni siquiera dormir. Su vida giró 180 grados, matando, por así decir a su masculinidad. Cuando era hombre caminaba con tacones con mucho mejor estilo que yo, y también era mucho más femenino. Sin embargo, al tomar la decisión de cortar su pene, algo cambió en él, y se deprimió hasta el punto que mi amigo pensaba que se podría suicidar. No sé qué ha sido de ella, pero espero que haya pasado lo peor y que disfrute de su nueva condición de mujer en cuerpo de mujer.

Hablando de decisiones, aunque no tan vitales, el hecho de que mi pareja durante 4 años decidiera irse a Canadá y yo a Grecia, también nos cambió la vida. Siempre le recordaré como mi primer gran amor, así que siempre le guardaré un cariño especial. Sin embargo, cuando se fue, creo que ambos sabíamos que no duraríamos mucho más. Teníamos problemas serios de pareja, pero no queríamos admitirlo y ninguno de los dos quería pronunciar esas palabras tan dolorosas: te dejo. Aunque yo quería irme a Grecia, me hubiera ido con él a Canadá, pero no lo hice. Y él tampoco me lo pidió. Así que nos separamos, yo seguí mi destino y él el suyo, hasta que poco a poco dejamos de hablar y al final nos dejamos, sin pronunciar las palabras cara a cara. A veces pienso en la cobardía de ese momento, y decidí, desde ese momento, ser más valiente. A veces me cuesta mucho enfrentarme a situaciones desagradables, pero intento hacerlo.

En fin, perdonad por este post. Espero no haberos deprimido, necesitaba sacar esto afuera.

miércoles, 16 de mayo de 2012

Orvieto

El 1 de mayo, aprovechando otra vez que no teníamos que ir a trabajar, Kathleen, Chris y yo fuimos a pasar el día a Orvieto, un pequeño pueblo en la región de Umbría, cuyo enmurallado centro histórico se halla en lo alto de una colina.

En Orvieto hay una zona de tumbas etruscas, pero es probable que el poblado existiera ya en la Edad del Bronce. No es difícil de imaginar lo bien defendida que estaba la ciudad etrusca, ya que por su situación geográfica hacía casi imposible que los enemigos llegaran sin ser vistos. Según pudimos ver en el museo arqueológico, Orvieto debía ser un gran centro comercial y con un sistema social bastante fuerte. Sin embargo, apenas hay restos de la época romana, con lo cual es de suponer que la ciudad perdió todo su estatus tras la invasión. He leído que los romanos se encarnizaron con la ciudad, y mandaron a sus habitantes a vivir bajo la colina. Sin embargo, durante la Alta Edad Media, los habitantes volvieron a la ciudad antigua, allí arriba, debido a su situación protegida y estratégica. Algo más adelante, Orvieto se alió con Florencia contra Siena, con lo que tuvo una importante protección hasta que, después de rivalidades y guerras antiguas, entró a formar parte de los Estados Pontificios. Con el tiempo fue perdiendo potencia y poder hasta hoy día, que es un destino turístico imprescindible en el centro de Italia.

Hay un funicular que sube hasta arriba, pero a nosotros no nos apetecía pagar 18 euros por cogerlo, así que subimos a pie. No hay sendero para las personas, sino que hay que pasear por la carretera. Son unos 4 kilómetros, pero no demasiado empinados. La última parte se hace a través de un sendero (a la derecha están las tumbas etruscas, siguiendo recto se coge el camino peatonal) precioso, verde, con algunos tramos con escaleras.

Lo primero que hicimos fue ir a la Trattoria del Moro Aronne, porque nos habían hablado muy bien de ella. Cuando llegamos estaba cerrada, pero vimos que había trajín en la cocina y les pedimos si podíamos hacer una reserva para las 12.30, que es cuando abren. Menos mal que la hicimos, porque el restaurante es pequeño y muy famoso, con lo cual se llenó enseguida. Y qué bueno que estaba todo! Kathleen tomó paloma en salsa al vino tinto, Chris se pidió conejo a las hierbas y yo, unas bolsas de pasta fresca rellena de queso pecorino excelentes. Lo probé todo, y estaba todo de muerte.

Nos dimos una vuelta por el pueblo. Es muy bonito, tiene un centro medieval bastante restaurado, en fin, otro pueblo-museo de los que está llena Italia. Aprovechando que era el 1 de mayo y que los museos costaban un euro, y que nos cayó un chaparrón, decidimos visitar el museo arqueológico. En él destacan las figuritas mortuorias etruscas, los espejos, las pinturas de las paredes de las tumbas y una armadura de guerrerro. Estaba muy entera, pero hay que ver cómo hemos crecido! El soldado me llegaría a la altura de los hombros como mucho.

El duomo de Orvieto es bastante impresionante. Tiene relieves en la fachada, y el resto del muro externo es a listas verdes y blancas: me recuerda al duomo de Siena, pero sin los mosaicos en el suelo. No llegamos a entrar dentro, porque el precio era de 7 u 8 euros, y nos parecía un poco caro para nuestros bolsillos. A mí me gustan mucho las iglesias, sinagogas y mezquitas por dentro, pero me niego a pagar tanto por entrar a un templo religioso.

Volvimos a bajar a pie, disfrutando de las maravillosas vistas del paisaje umbrio.

Actualizaré más adelante para poner alguna fotillo! :)

miércoles, 2 de mayo de 2012

Frascati

El 25 de abril es un día festivo en Italia: se trata del día de la liberación, que conmemora el día de la liberación de Italia por parte de las tropas aliadas en la II Guerra Mundial. Aprovechando la llegada del buen tiempo y que no teníamos que ir a trabajar, nos fuimos a Frascati  mi compañera de piso, 4 de mis colegas y yo.

Se trata de un pequeño pueblo a 20 km de Roma. Para llegar hay trenes cada dos horas que tardan media hora en llegar a destino. Es famoso por el vino blanco y por lo bien que se come.

Como lugares de interés, tiene una iglesia perteneciente a los capuchinos, un museo etiopico, diversas iglesias, varias villas (ville tuscolane) y vistas panorámicas de Roma. Además, sí es verdad que se come muy bien y el vino es buenísimo (y barato!).

He leído en Wikipedia que fue aquí donde se fundó la primera escuela gratuíta y pública de Europa, en el siglo XVII. También en el XVII, una parte de la escayola de la pared interior de la Iglesia de Santa María en Vivario se desprendió, dejando a la vista un fresco antiguo con las imágenes de los santos Sebastián y Roque, protector contra la peste. En el mismo año del hallazgo hubo una epidemia de peste en Roma, de la que Frascati se libró. Así, desde ese año, los dos santos son los santos patrones de la ciudad.

La bandera de Frascati es la misma que la de Roma. Ello es debido a que, en el otoño de 1837, una gran epidemia en Roma hizo que unas 5.000 la abandonaran. Frascati fue la única ciudad que les abrió las puertas. Por esa razón, desde ese mismo año, Roma y Frascati tienen los mismos colores: amarillo y rojo.

Frascati es famosa por sus célebres villas de la nobleza del Papado, las cuales fueron construidas a partir del siglo XVI por los Papas, cardenales y nobles de Roma como símbolo de su posición, y eran destinadas a encuentros sociales en lugar de a la agricultura o a la ganadería. La "Ville Pontificie" mantiene una relación muy particular con el paisaje circundante. Las villas se encuentran bien conservadas; los daños que recibieron algunas durante la Segunda Guerra Mundial han sido reparados con los materiales y las técnicas originales.

En fin, es un fantástico lugar para ir a comer y dar un paseo antes de volver a la enorme, gris y llena de coches Roma.

Camino que lleva a la iglesia de los Capuchinos / Way to Capucchini church

Catedral de Frascati / Frascati's cathedral

April 25th is a holiday in Italy. That day, then, 5 friends and myself decided to make a trip to Frascati, a small town 20 km out of Rome. The weather was magnific: the first day of sun of the season!
Every 2 hours there are trains from Termini station to Frascati. The journey takes half an hour, so it's pretty easy to get there. It is famous for the white wine and the food! 

As places of interest, Frascati has a church belonging to the Capuchins, an Ethiopian museum, churches, several villas (tuscolane ville) and panoramic views of Rome. Furthermore, it is true that you eat very well and the wine is great (and cheap!).


I read in Wikipedia that it was here where the first free public school of Europe was founded, in the 17th century. Also in the 17th part of the cast of the interior wall of the Church of Santa Maria in Vivario came off, exposing an ancient fresco with the images of Saints Sebastian and Roch, protector against the plague. In the same year the discovery was an epidemic of plague in Rome, but it never arrived to Frascati. So, from that year, the two saints are the patron saints of the city.

Frascati's flag is the same as the one of Rome. This is because, in the fall of 1837, a major epidemic in Rome made around 5,000 inhabitants to abandoned it. Frascati was the only city that opened its doors. For that reason, since that same year, Rome and Frascati share the same colors: yellow and red.


Frascati is also famous for its villas of the nobility of the Papacy, which were constructed from the sixteenth century by the popes, cardinals and nobles of Rome as a symbol of their position, and were aimed at social gatherings rather than agriculture or livestock. The "Ville Pontificie" maintains a special relationship with the surrounding landscape. The villas are well preserved, which received some damage during the Second World War have been repaired with materials and original techniques.

I absolutely recommend to visit the city to go to lunch, or make a walk before coming back to the huge, grey, and full of cars city of Rome.

martes, 24 de abril de 2012

Marconi

Creo que ya lo he dicho varias veces: me gusta mi barrio. La zona tiene una calle principal, el viale Marconi, y se encuentra al otro lado del río. Tiene tiendas abiertas de lunes a domingo, bibliotecas públicas, mucha vida, bares, cafés, heladerías, supermercados, cines... en fin, de todo un poco. Los domingos hay mercado, y qué mercado! Porta Portese es quizá el mayor mercadillo de Roma y, aunque se puede encontrar de todo, muchas tiendas se repiten en diferentes lugares del mercado. Pero venden de todo a buen precio.

Sin embargo, he descubierto que no es un área demasiado segura. He visto carteristas en acción e, incluso, intentaron robarme a mí en una ocasión (y eso que llevo menos de un mes por ahí). Se trata de gente más o menos joven, que actúan de dos en parejas o pequeños grupos. Hay también un grupo de gitanos que vive debajo del puente y, aunque jamás los he visto haciendo nada malo, ayudan a crear un clima de inseguridad y de suciedad. También hay bastantes sin techo, algo normal teniendo en cuenta que es un área comercial.

Es un barrio de clase obrera. Sobre las 6.30 se despierta, se llena de coches (y de bocinazos) sobre las 7.15, y a las 7.40 ya hay atascos: parte de la relación amor/odio que tengo con Roma es debida precisamente al tráfico!
Me encanta que sea así. Donde vivía antes, en la pijísima EUR, lejos de todo, no había casi movimiento, las calles estaban siempre vacías, la compra se hacía en supermercados, porque no había fruterías, carnicerías, pescaderías o, si las había, ya habían cerrado cuando yo llegaba de trabajar.

En fin, con los pros y los contras, me gusta mi barrio!

Perrito en la via Gherardi / Little dog in via Gherardi

I like my neighborhood. My area has a main street, viale Marconi, where you can find anything you need: shops, cinemas, libraries, supermarkets open everyday, and it's closed to the street market Porta Portese, maybe the biggest in Rome.

It's a bit dangerous thought. I have seen many pickpockets in action, and once they tried to rob me (they couldn't, I was smarter than them). I'm quite new in the area, so I think it's significant. There are also gypsies (I don't know their origin) living under the bridge. I don't think they're dangerous, but somehow help to create a feeling of insecurity. However, my neighborhood is a working class area. I like it, I feel comfortable, even if I wake up early with the first traffic noises, and definitely I prefer it to the place I used to live in EUR, where everything was more expensive, and you couldn't find so many shops.

lunes, 16 de abril de 2012

Primavera alla italiana


Ah, la primavera!

La primavera es especialmente hermosa en Italia. Y no lo digo por decir, que quien me conoce sabe que uno de los peores rasgos de mi carácter es que no soy para nada impresionable y sí muy crítica.

Pues sí. Después de dos primaveras en la Toscana y otra en Lazio, tengo que admitir que esta estación es mucho más bonita aquí que en Cataluña. Llueve mucho, pero l'aprile piovoso fa il maggio grazioso.
Yo no soy una persona alérgica. Sin embargo, aquí he pasado horas muy malas con ojos llorosos, estornudos y momentos sin poder respirar. Es de un verde arrollador, salpicado con flores blancas y amarillas.

Esta vez no quería decir nada especial, sino tan solo mandaros unas fotos de la primavera.

lunes, 2 de abril de 2012

Buscando piso

Hola!

Estoy de vuelta, aunque no sé durante cuanto tiempo... ya sabéis que no soy muy constante.

En la última entrada os contaba cosas sobre Florencia, si no recuerdo mal. Ese periodo ya pasó, pero me quedé en Italia: un año y pico en Florencia y 6 meses más en Roma. Acabado el contrato en Roma, volví a España durante un mes, pero ayer volví a Roma! Pasaré la primavera disfrutando della dolce vita.

Así que tuve que buscar un piso. Ya sabéis, bases de datos por internet del tipo Easystanza, Kijiji, la web de couchsurfing y otras direcciones. Escribir mails, llamar y recibir llamadas. Quedar para ver habitaciones, al menos 6 o 7, mirar que no coincidan en hora.

Cuando llega el día, te llevas un bocadillo y una botella de agua (al menos 1,5 litros). Te compras un billete de metro, uno de esos de viajes ilimitados de 1 día y, entonces, empieza la maratón. Al principio tienes muy claro qué es lo que quieres, cómo lo quieres y cuánto estás dispuesto a pagar. Claro que, en una ciudad como Roma, estos estándares bajan rápido.

Mi primera visita fue muy bien. Se trataba de una muchacha muy simpática y la habitación estaba situada en un barrio que parecía muy bueno, cerca de la piazza Buenos Aires. El problema es que no está cerca del metro: hay que coger un bus y luego el tram para llegar a una parada de metro que, además, está en el otro extremo de la linea. Demasiado lejos como para llegar puntual al trabajo por las mañanas.

Después quedé con unos estudiantes que me habían dicho que buscaban compañera de piso. Lo que yo no sabía es que también buscaban piso. Y que irían a ver algo el lunes por la mañana, cuando yo tenía ya que estar trabajando. Eso sí, eran muy simpáticos. Estuve charlando un rato con ellos y luego me fui.

Me fui a visitar un segundo piso, en Testaccio, zona muy trendy (y muy cara). De todos modos, pensaba que, aunque la habitación fuese cara, a lo mejor valía la pena vivir por una vez en un barrio de moda, bien situado, con muchas tiendas y restaurantes, gente joven y actores de la tele. Al abrir la puerta, me vino a saludar un gatito gris, muy bonito y súper cariñoso. Vi a lo lejos una gata hembra, pero a través de la mujer supe que había otros gatos en casa y en el edificio. Me gustan los gatos, pero no me gustó el hecho de que la habitación que enseñaba tuviese la puerta abierta, ya que los gatos pueden entrar y dejar pelos en la cama. Además, no se podía acceder al balcón de la habitación porque había una reja para prevenir que los gatos salieran por esa puerta (!). Tampoco me gustó que la mujer dejara bien claro que prefería la compañía de los gatos a la de las personas y que, por esa razón, no permitiera ningún tipo de visitas. En fin, me fui un rato a descansar, a comerme el bocata y a tomar el sol a la escalinata de piazza di Spagna.

La próxima casa que vi estaba en el barrio donde está el Mercato Latino, por Re di Roma. El barrio me encanta, hay muchos sitios donde hacer aperitivos, está bien comunicado, aunque un poco lejos del trabajo, tiene mercado, y el centro está relativamente cerca. Pero quien me abrió la puerta de la casa era la hija adolescente de la propietaria del piso y yo no quiero vivir con familias otra vez: una vez y basta. De todas maneras, esperé a que viniera la madre. Tengo que decir que ambas eran muy agradables. Esta mujer es budista. Me invitó a recitar con ella (lo hice por divertirme), me dio un libro y me dijo a qué sitios podía ir a recitar.

Total, esta vez tuve que correr para poder llegar a tiempo y ver otro piso: el que me he quedado. Es en la zona del ponte Marconi, que me encanta, mi habitación es grande y acogedora, tiene balcón propio, ventana con vistas al mosaico de San Paolo, los compañeros de piso son normales, bastante agradables y, en definitiva, mejor imposible!

Ese día, de vuelta a Florencia, dormí como un bebé.