lunes, 10 de septiembre de 2012

2a etapa: Granada

El domingo de las fiestas, dejamos Senés para ir a Granada. Recuerdo que hacía mucho calor, así que cuando llegamos al camping, lo primero que hicimos fue darnos un baño en la piscina. El camping María Eugenia se haya cerca de Granada, pero en otro municipio. Es fácil de llegar al centro, ya que está bien comunicado con el bus. No es nada especial, recuerdo que los baños estaban muy sucios, pero el personal era amable y el servicio bar era barato, con tapa incluída. Después de pagar y darnos un chapuzón, quisimos ir a Granada. Fuimos en coche y aparcamos cerca de la universidad. Nos dimos una vuelta, y al volver, nos dimos cuenta de que teníamos un pequeño golpe en la puerta del copiloto, por el cual en Sevilla nos cobraron casi 300 euros... :´( 
Así que el coche no volvió a salir del camping. 




Granada es una ciudad espectacularmente bella. Esta vez no fuimos a la Alhambra, ya que no teníamos entradas y había una cola de tres pares de narices. Iremos el año que viene, si podemos volver a Senés-Almería. 

Donde sí fuimos fue a la catedral, ya que yo no había estado nunca y tenía muchas ganas. Es espectacular, abunda el blanco y el dorado, no está demasiado recargada, solo lo necesario. La verdad es que vale la pena entrar tanto como a la Alhambra. Así que si vais a Granada, entrad a la catedral.

Nos dimos unas cuantas vueltas por el Albahicín y por Sacromonte, vimos las vistas desde el mirador de San Nicolás, visitamos una biblioteca, en fin, lo típico. En Sacromonte entramos a una casa/cueva/ tienda y conocimos a uno que dejó a Jirka hacerse una foto con su toro (vehículo) lleno de ladrillos... porque a Jirka le fascinó y quiso hacerse una foto :) También me compré una horquilla en una tienda de artesanía del vidrio que es preciosa! 


De tapeo no fuimos ni a la plaza de toros ni al sitio que me dijo mi prima, porque no tuvimos tiempo. Como hacía mucho calor, nos ibamos tomando una cervecita Alhambra de vez en cuando por ahí, pero sin ruta. Luego, por la calle Elvira, entramos a una tetería donde tomamos un té buenísimo y fumamos de una shisha. No elegimos un sitio que tuviera música a toda pastilla, sino que entramos en una tetería muy tranquila y la verdad es que estuvimos muy a gusto. Luego estuvimos en tiendas y en un centro comercial, porque es que hacía muchísimo calor!

El último día, recogiendo la tienda, vimos un gatito que se puso a jugar con nosotros. Casi lo adoptamos, era tan gracioso y juguetón! Pero al final se fue asustado, porque empezó a arañar la tela mosquitera y le regañé, aunque no fui dura ni mucho menos... me dio mucha pena que se fuera, la verdad. 

Ese día nos fuimos dirección al mar, hacia la Axarquía costera. 

jueves, 6 de septiembre de 2012

Vacaciones primera parte: Senés

Este año, Jirka y yo nos hemos ido a hacer un viaje por Andalucía, la región más meridional de la España continental. Andalucía está llena de luz y color, aromas, pueblos blancos, playas solitarias en el Atlántico, playas atiborradas en el Mediterráneo, comida, vino, cerveza, montañas, música, viento, pero también caos, ruido, mucho calor y muchos mosquitos.

No hemos visitado toda la comunidad. Imposible, es tan grande! Nos falta Jaén, Córdoba y Huelva. Yo quisiera profundizar los pueblos del interior, ya que no hemos visto apenas ninguno.

Empezamos nuestro tour en Almería, nuestra provincia favorita. Ya sé que la ciudad no tiene un patrimonio como Sevilla o Granada, aún así, nos gusta mucho, porque tiene un ambiente único, las calles siempre están llenas de gente, las personas son alegres y se come y se bebe muy barato. Las tapas aquí vienen con la bebida, a no ser que se indique lo contrario. Pero no es como en Granada, que te ponen lo que tienen, no, aquí tienes una carta o una lista bastante extensa y puedes pedir lo que quieras, sin problemas. En la ciudad, los bares parecen competir en quién tiene la mejor tapa, o lo que es lo mismo, la más grande. Hemos ido a un bar que te ponen jamón ibérico, otros que tienen almejas, pescaditos, pinchos morunos... todo bueno y todo grande, que con un par de tapitas te pones hasta las cejas.




Almería ya la conocíamos. Mi madre es de un pequeño pueblo en la sierra de los Filabres, cerca de Tabernas, llamado Senés. De pequeña iba cada año, pero en los últimos tiempos no subía al pueblo para quedarme en Almería e ir al Cabo de Gata. Jirka vino el año pasado también, y le llevé a las mejores playas (a mí me gustan solitarias y nudistas) que yo conozca. Este año decidimos ir a Senés, en fiestas. Blanqueamos la casa con cal, bueno, yo me quedaba con la abuela mientras los demás trabajaban duro :)



Volví a ver a viejos amigos de la infancia, a quienes no había visto en años. Mi prima y yo decidimos que intentaríamos ir cada año, para no volver a perder el contacto. A Jirka le encantó el pueblo. Lo que más le gustó fue el bar de Maria Blanco, el que está debajo de la cuesta, por las vistas de la terraza y Mari Ángeles, quien le cayó muy bien aunque apenas sí hablaron. Lo que más le sorprendió (y confieso que a mí también) fue el haber conocido a una chica que hablaba checo... allí, en aquel pueblecito de menos de 300 habitantes y perdido en mitad de las montañas de Almería!

Y llegaron las Fiestas de Senés, y con ellas unos calores que nadie recordaba nunca de haber pasado allí. Bailamos pasodobles, el vals de Sabina varias veces, alguna rumbita y algún cha-cha-cha, aunque la verdad es que poca gente se animaba a bailar, al menos al principio. Luego, por las tardes, vimos las relaciones de los Moros y Cristianos, que estrenaban traje, y la verdad es que eran muy guapos. Nosotros también nos disfrazamos de moros.





 Había unos que se disfrazaron de jeques árabes, que sería la versión rica y moderna.
El sábado hicimos barbacoa en casa. Había pinchitos de pollo y de cerdo, chorizos, morcillas, y marisco. Comimos como reyes, pero sobre todo Jirka, que no había comido nunca estas cosas.



Y ya está, el domingo, después de comer un arroz con pollo buenísimo, nos fuimos para Granada. Pero eso será otra entrada.